“Es difícil de asimilar que, así como a la ligera hubo quienes afirmaron que la Inquisición nunca existió, ahora se señale que los Insurgentes Hidalgo y Morelos no murieron excomulgados”, señaló el Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia “El Potosí”, Israel Hernández Arriaga.
“El Acta de Excomunión de Hidalgo es un documento existente” mencionó Hernández Arriaga, “Una vez arrestado en Coahuila, el Obispo de Durango procedió a degradar al Ex-párroco de Dolores de su condición sacerdotal, para quedar disponible para su ejecución, al declararlo culpable de los delitos de alta traición, asesinatos, sedición y conspiración, además de errores cometidos contra la persona del Rey y de Dios”.
Al final del ceremonial de la degradación le entregaron a los jueces de la curia. El juez Abella le conminó para que expusiera las razones que tuvo para sublevarse contra el Rey y contra la Patria. El embargo de la condena fue: “Excomunión y pena de muerte para Miguel Hidalgo. Por profesar y divulgar ideas exóticas: partidario de la Revolución Democrática Francesa. Por disolución social: al pretender independizar a México, del imperio Español. En consecuencia, por traidor a la Patria.” 30 de julio de 1811
Quizá lo que busque el Clero Católico es tener la puerta abierta, mediante la negación de actos de barbarie como los efectuados contra Hidalgo y Morelos, y participar así en los festejos del Bicentenario, mencionó.
Con relación a lo manifestado por Gustavo Watson Marrón, Director del Archivo Histórico del Arzobispado de México, expuso que si bien a Hidalgo le dieron la opción de seleccionar confesor, eligiendo a Fray José María Rojas, notario de la causa que se instruyó contra él, ésta era la costumbre de ofrecérsele ayuda espiritual a los condenados a muerte y no una forma de mantenerle en el seno de la Iglesia Católica.
“Lo mismo sucede con Morelos, quien fue excomulgado por el obispo michoacano Manuel Abad, además de ser degradado de su condición sacerdotal por el Inquisidor General Antonio Bergozal, no sin antes acusársele de violar el celibato al tener tres hijos ilegítimos”, dijo.
Con lo señalado por Watson de que “la excomunión original de Hidalgo careció de validez, pues el Obispo responsable nunca estuvo en funciones plenas”, nos muestra que entonces muchas de las acciones de la Iglesia Católica son dubitables, llegando al caso de negar que un matrimonio sea válido y que entonces se pueda declarar nulo sin mayor problema, concluyó.